SUMAMOS NUESTRO REPUDIO A LA REFORMA DE LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL

Como Mutual Senderos – CTEP sumamos nuestro enérgico repudio al proyecto de reforma por decreto de la reglamentación de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 dado a conocer por las autoridades gubernamentales a principios del mes de Noviembre.

En línea con el conglomerado de políticas antipopulares implementadas por el oficialismo nacional, dicha reforma por decreto en el sector de salud mental elude deliberadamente al Congreso Nacional como mecanismo democrático principal en la toma de decisiones, omitiendo el contundente consenso que se logró en torno a la mencionada ley como resultado de intensos debates. Al mismo tiempo, propone retornar a una perspectiva reduccionista y tributaria del paradigma médico-hegemónico y por lo tanto conceptualmente individualista de la salud mental, en sintonía con los manuales internacionales que rehuyen a la complejidad y aluden a “trastornos en el comportamiento” como concepto nodal del padecimiento mental.

Esta reforma, como señalan varios organismos de DDHH, relegitimaría al manicomio como institución de abordaje principal en Salud Mental, potenciando la segregación y los mitos excluyentes en torno a la “enfermedad”; iría en detrimento de la Defensa Técnica del usuario anclada en su participación activa en el tratamiento; volvería a la concepción tutelar facilitando la declaración de “incapaz” del usuario en Salud Mental, en fuente discordancia con el nuevo Código Civil y Comercial; y despojaría al Órgano de Revisión de la Ley de su independencia político-institucional imprescindible para sus atributos de supervisión, gestión y control.

También creemos que la visión particularmente regresiva esbozada en dicho decreto afecta profundamente al abordaje en salud mental de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular. Podemos identificarlo al menos en 3 dimensiones:

– Como sector de trabajadoras/es conformado por un amplio espectro de la población laburante que se vio obligada a “inventarse un laburo” frente a la exclusión creciente del mercado laboral, creemos que las concepciones de este decreto (y por lo tanto sus prácticas) que promueven la descontextualización y la individualización de las problemáticas, abonan a abordajes fragmentarios y sumamente insuficientes, desconociendo las fuertes determinaciones sociales y económicas en el padecimiento mental y de la vida en general de los compañeros y compañeras que trabajan en el territorio.

– Sostenemos que la reforma pergeñada se inscribe en una lógica de elitización de los distintos dispositivos de tratamiento afectando la accesibilidad de los trabajadores/as a la cobertura de salud mental y favoreciendo las ganancias de unas pocas instituciones que detentan un peso importante en el “mercado” y ofertan tratamientos acordes al viraje conceptual explicitado.

– Ignora los mecanismos de autogestión y organización encarnados por las cooperativas de trabajo en tanto dispositivos de contención y de promoción de lazos sociales solidarios , a las cuales concebimos como respuestas políticas y terapéuticas frente a las marcas desarticuladoras del tejido social propias del programa neoliberal, cuya ejecución ha afectado a múltiples generaciones del pueblo laburante.

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